Lagrimas atrapadas

Podríamos catalogar este año como el peor año de mi vida. No quiero sonar a drama, pero es la verdad. 

Este año ha sido el año de los intentos fallidos, de los levantamientos en falso que terminan de nuevo en el fondo, meses de lágrimas, sin dormir y de pensar demasiado, de hecho aún me sigo levantando todas las mañanas sin saber por que debería poner el pie en el suelo y salir de la cama, si se que al final del día todo seguirá igual.

 Me suelen decir que cuando miro algo, tengo la mirada perdida, y es que es verdad, estoy perdido, tengo la mirada en la nada porque estoy desorientado, no se salir de donde estoy, porque ya ni si quiera se donde me encuentro, tengo mirada melancólica y sonrisa falsa, tengo la voz sin fuerza y los movimientos sin energía, vivo sin vivir, porque vivo estando muerto. 

Me dan escalofríos solo con pensar si mañana seré capaz de dar un paso hacia delante, porque se que metafóricamente me he quedado cojo, me he quedado inmóvil, y no hay ningún aceite que pueda desatascar este mecanismo. 

Estoy cansado de que todos me miren como si de un loco se tratase, porque para quien me rodea, lo desconocido es raro, no entienden el porque estoy así, no me entienden a mi. Nadie que no hubiera estado en mi piel me habría podido comprender.

Hay momentos en la vida que marcan mas que cualquier tatuaje, heridas que duelen mas, aunque no tengan cicatriz, y lagrimas que nunca saldrán a la luz.

Pero hoy, gracias a mi, por fin, me siento realmente bien.